- No utilices nunca limpiadores abrasivos, aceites, barniz, jabón de tocador, lustradores de muebles u otros productos de limpieza como los alcoholes o el amoniaco para limpiar los sofás.
- Si tienes una mancha, puedes utilizar un poco de jabón neutro diluido en agua. Para su aplicación utiliza una esponja suave y limpia. Haz primero siempre una prueba en una parte no visible del sofá. Si la tela no queda mal puedes utilizarlo en la zona manchada.
- Para tratar las manchas hazlo siempre con movimientos circulares, desde el exterior al interior de la mancha, para evitar extenderla.
- Deja que se seque de forma natural, evita simpre el uso de secadores de pelo para acelerar el secado.
- Si se derrama un líquido sobre el sofá, trata de absorberlo lo más rápido posible con un paño limpio y sin frotar.
- Un consejo para el buen mantenimiento de tus sofás es que intentes limpiarlo periódicamente, especialmente el poovo, para evitar que se acumule suciedad en la superficie. Un aspirador será suficiente para limpiarlo sin dañarlo. También puedes utilizar un cepillo suave, pero sin frotar mucho.
En las etiquetas de las telas siempre vendrá la simbología para su mantenimiento. Aquí te ponemos las más comunes:

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